Mi gran viaje.
Ha sido mucho el tiempo que hemos estado esperando los alumnos de cuarto de E.S.O para ir al viaje de fin de curso, concretamente desde que llegamos al instituto porque todos los alumnos que han pasado por este curso y han asistido a ese viaje, han vuelto con muy convencidos de que es un viaje inolvidable. El 2 de febrero por fin llegó el esperado momento, por fin cogimos el avión, que a pesar de la hora de retraso, todos seguíamos ilusionados por llegar. Una vez en Londres cogimos el autobús con destino al hotel para soltar las maletas: ¡Allí conducían por la derecha! El hotel no era una cosas extraordinaria pero estaba bien para pasar las noches. Entonces empezó la aventura y pusimos rumbo a ver nada más y nada menos que el Big Ben, pero solo pudimos ver eso debido a que era tarde. El segundo día andamos bastante porque fuimos desde el hotel hasta Piccadilly Circus viendo todo lo que pudimos y después de comer hasta Covent Garden. El tercer día, ya con billete de metro para no matarnos a andar otra vez, fuimos hasta el estadio de Arsenal, pero lo vimos solamente desde fuera. Después llegamos hasta Camden Town, donde nos perdimos comprando entre sus enormes mercados y ese mismo día por la tarde nos dejaron tiempo para ver la tienda-museo de m&m's, comprar en la gran tienda de deportes "Lillywhite" y el barrio de ChinaTown, después cenamos en un pub que tenía comida muy rica. El viernes, es decir, el último día nos dedicamos a ver museos, entre ellos el Museo de Historia Natural y la National Gallery, entre ambos con más de siete millones de piezas, algo impresionante. Por la tarde dimos un paseo en barco por el Támesis y...¡nos montamos en la gran noria London Eye! Las vistas desde arriba de Londres por la noche eran increíbles, pero la noria, vista desde abajo, también se veía impresionante con sus luces rojas patrocinando a la marca Coca Cola. Pero como todo lo bueno se acaba, nuestro viaje llegaba a su fin, llegó el sábado y nuestro vuelo salía a las 7 de las tarde. A pesar de que los profesores nos dejaron estar en Primark por la mañana y visitar el Museo Británico no lograron alegrarnos, pues ese viaje que tanto tiempo llevábamos esperando se estaba acabando. Todos estábamos asustados de que la maleta pesara más de los debido pues no era normal la cantidad de ropa que compramos. Falsa alarma, las maletas tenían un peso adecuado y a las 1 de la madrugada ya estábamos en Jaén comiéndonos un bocadillo de jamón que tanto echábamos de menos. Gente impresionante, profesores impresionantes, lugar impresionante: viaje inolvidable.
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